Trine 4: The Nightmare Pince - Análisis

Qué tal usuarios de Gamehag, soy eltirripa y en este artículo vengo a comentarles sobre el juego llamado “Trine 4: The Nightmare Pince”

Se ha hecho esperar pero pero cuarta entrega de Train ya está disponible, siguiendo la pauta marcada en sus anteriores aventuras Zoya, Pontius y Amadeus vuelven a la carga con Trine 4: The Nightmare Pince. Una aventura que se desata por problemas que causa un príncipe embrujado que convierte reales las pesadillas de los aldeanos.

Esta premisa relativamente interesante se sustenta sobre todo en su jugabilidad casi infalible. De luego tenemos un juego en 2,5 dimensiones en el que avanzamos de izquierda a derecha, eliminando enemigos y superando situaciones plataformeras o superando puzzles en los que la física vuelve a ser protagonista.

Cada uno de los tres personajes tiene sus habilidades y saber aprovecharlas para abrirnos camino es fundamental. Si jugamos solos será habitual y necesario según la situación, que cambiemos de uno a otro personaje para salvar tal peligro.

Como los anteriores, a este juego se le saca más provecho si jugamos en cooperativo, ya sea en la misma consola u online pudiendo jugar hasta 4 personas al mismo tiempo, y repitiendo si queremos algún puzzle.

Trine 4 se adaptará según la cantidad de jugadores que seamos, logrando de que no sea un paseo en ninguno de los casos.

La presión y mejora de los personajes mediante un árbol de habilidades nos permite que aumentemos su poder destructivo y realizar nuevas acciones. Trine 4 es rico en distintas ambientaciones, zonas exteriores e interiores se suceden a lo largo de la historia, llevándonos por paisajes en los que tanto vemos hadas como a montón pesadillas.

Su agradable paleta de colores se encarga de dar vida a este producto, normalmente cada zona tiene sus propios puzzles aunque algunos sean mejores o más complicados que otros dejados atrás como jugar con la luz, lanzar flechas, desviar ataques, crear y mover cajas o lanzar cuerdas para pasar por ellas, o incluso combinar alguna de estas y otras tantas es lo que tenemos ante nosotros.

Los puzzles son ingeniosos pero sencillos, y los enemigos tampoco es que nos representen un desafío en sí, ni los enfrentamientos con los jefes que se basan en debilitar y golpear en zonas concretas, esquivando y atacando los peligros que nos impiden acercarnos al jefe.

La ambientación sonora nos mantiene dentro de este bello cuento que es Trine 4, convence que caza muy bien con su propuesta, eso si... a pesar que Trine 4 recupera su esencia no aportó muchas novedades realmente significativas, cumpliendo notablemente con lo esperado pero faltándole ese plus que le abría situado como la mejor entrega del título.

Jugarlo vale mucho la pena, lastima que su duración es más corta de lo esperado. Esto ha sido todo por éste artículo, espero que les haya gustado leerlo como a mi escribirlo. Nos vemos en otro artículo.