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Qué tal usuarios de Gamehag, soy eltirripa y en este artículo vengo a comentarles sobre el juego llamado “Plants vs Zombies: Battle for Neighborville”
Uno siempre ha de luchar por lo suyo, sea nuestra habitación, nuestra casa, nuestro barrio o incluso para evitar se aniquilado por otros…seamos seres vivos o muertos, seamos plantas o zombies. Si tiempo atrás luchamos en una guerra de jardín, ahora debemos defender un barrio y más allá, Plantas y zombies empiezan ahora la Battle for Neighborville.
Lo que empezó en dispositivos móviles con una pequeña disputa entre plantas y zombies, se agrandó en tamaño y trascendencia cuando aterrizo en consolas. Ahora tomo un carisma mayor al ofrecernos un espacio de juego más grande, más misiones y retos. Con un multijugador en distintos modos, nuevos personajes y altas dosis de personalización.
Battle for Neighborville nos sitúa en un punto central, desde esta base de operaciones podemos tratar a cualquiera de los modos, personalizar a cualquiera de los personajes sean plantas o zombies, mejorarlos combinando distintos gastos de puntos según las acciones, comprar capsulas, etc… así como también ir a las zonas de juego individual o cooperativo o incluso al competitivo online, en definitiva, cualquiera de las distintas ofertas que nos ha preparado de nuevo el estudio Popcap.
Tras algunas sencillas misiones que sirven para situarnos y presentarnos todas las opciones de esta entrega, ya podremos acceder a todo el contenido del juego. Por un lado tenemos tres grandes zonas de juego que presenta distintas localizaciones, el Centro de Neighborville, Monte Pendiente, Bosque extraño, Fósil Colosal, Paseo Margarita, Barranco Pringoso, Terrenos Leñosos, Distrito Melocotonero, Ruinas Ruinosas, la Fabrica Z-Tech. En todos estos sitios además de encontrar cofres de dinero que gastar en la tienda y objetos que nos permiten comprar mapas o desbloqueos de zonas, tenemos misiones principales. Estas no son grandes misiones, sino que en su mayoría nos obligan a conseguir tal o cual objeto, acabar con tal o cual enemigo o destruir X objetivos.
No es que el juego cuente con un propio modo historia, sino que son misiones que nos permiten subir de nivel nuestro personaje, desbloquear complementos o aspectos ya sean cumpliéndolas o descubriendo nuevos cofres entre otras, pero esto no impide que la locura se desate en cada una de las zonas de juego que descubrimos y en las que nos aguardan multitud de los 600 tipos de plantas o zombies, según el bando que seamos.
Entre las misiones también encontramos algunas de conquista y defesa de zonas, todos estos espacios de juego nos permiten ver un mundo mucho más amplio y rico que el visto antes en Garden Warfare.
No solo el espacio de juego ha crecido, sino también el plantel de personajes disponibles, respecto a las plantas tenemos el gorro de noche que destaca por su arte marcial y bocada dragón que escupe fuego. Ambas son plantas de ataque, a ellas se une otra de defensa “roble y bellota”, una pareja que combina muy bien potencia de ataque y según en qué personaje nos convirtamos podemos controlar a cualquiera de los dos.
Por la parte de los zombies tenemos a la patinadora eléctrica, que destaca por sus bailes constantes y sus ataques chispeantes, el zombie ochentero que usa su arco para atacar y cierra la cadete espacial que usa su pequeño equipo propulsor que le permite elevarse a cierta atura y atacar con su laser.
Con estos y los ya conocidos, podemos lanzarnos a la aventura libremente o a la acción rápida en el Parque Mareante o en los distintos mapas del modo competitivo, que van desde lucha por equipos hasta dominio de zona entre otros. No son modos muy destacables pero sí que cumplen bastante bien todo lo que uno espera de un plantas contra zombies.
Es más grande y tenemos mayor cantidad de espacios, pero todo se vuelve repetitivo al cabo de jugar, a pesar de que tenemos desbloqueos cada cierto nivel, estamos ante un juego que no sabe aprovechar todas sus bazas y su amplitud de miras que ha querido aplicar en esta entrega, no ha ido a la par en su propuesta jugable que puede haber ofrecido mayor profundidad y evolución de personajes por ejemplo.
Plants vs Zombies: Battle for Neighborville es un juego divertido, desenfadado y con más opciones que sus predecesores, pero ofrecer más un simple no significa que eres el mejor del top, y en ese sentido veo llegado más lejos con su propuesta que se queda un poco a medias. Esto ha sido todo por éste artículo, espero que les haya gustado leerlo como a mi escribirlo. Nos vemos en otro artículo
Qué tal usuarios de Gamehag, soy eltirripa y en este artículo vengo a comentarles sobre el juego llamado “Daymare 1998”
Es evidente que el cambio de perspectiva y jugabilidad que presento Resident Evil 4 con la cámara al hombro fue todo un éxito, muchas entregas posteriores de la ep de Capcom han seguido usándola, así como también otros tantos juegos como es el caso que nos ocupa ahora. Daymare 1998 el considerado remake no oficial de Residen Evil 2, se convirtió en una licencia propia que tras su debut en pc ahora ya está disponible también para Playstation 4 y Xbox One.
Un interesante survival que sigue a pies juntillas las formulas que hemos visto en los mejores juegos de Capcom, poca munición distintos tipos de infectados, zombies o criaturas, jefes correosos, puzles a resolver y estancias que en sí mismas, albergan más secretos de los que parece.
Está propuesta que no cuenta con ningún presupuesto disparatado, más bien lo contrario… es un interesante juego que agradará a todos aquellos acostumbrados a las mejores entregas del ep de Capcopm, con momentos inspirados en distintos Resident Evil y guiños a los gamers noventeros.
El jugador que se adentra en Daymare sin saber nada de su desarrollo, nota mucha similitud con el Resident Evil 2 original, puesto que recordemos, el juego nació como una iniciativa del clásico de Capcom en la actual generación. Por ello no es de extrañar que la historia gire en torno a un virus que se está expandiendo por toda la ciudad, convirtiendo en zombies a todos sus habitantes. El peso de la aventura cae en tres personajes controlables, un soldado de elite de las fuerzas HADES que es con el que iniciamos la historia, un piloto de helicóptero y Samuel, el guardabosques.
De todos ellos el tercero, es el que presenta mayor diferenciación respecto a los recientes. Padece el pánico Daymare y emprende la venganza personal con la farmacéutica, además sufre alucinaciones y paranoias que eleva la atmosfera del juego un peldaño más. Lástima que se haya profundizado poco en ese aspecto y no se le haya sacado todo el partido posible.
Pasar de ser un reborn a un juego de identidad propia no fue fácil a pesar de que finalmente dio carpetazo a este producto a realizar ellos mismos la adaptación de Resident Evil 2, Invader Studio (equipo de desarrollo de Daymare) supieron reaccionar y modificar suficientes aspectos como para convertirse tanto en homenaje como en una ip con futuro prometedor.
Tanto las mecánicas como la jugabilidad nos es habitual, apuntar, disparar, correr, completar puzles, abrir puerta, es lo que uno espera de este tipo de juegos. Eso sí, hay puzles muy ingeniosos que nos llevan algo de tiempo, puertas que necesitan de algún dispositivo para hackearse jugando a un minijuego, inventario limitado y gestión de recursos mediante un dispositivo que no pausa la partida y que no nos permite un segundo de despiste.
Además, se le une a la recarga una acción que toma aquí un protagonismo especial… es que para recargar las balas y esa pistola o rifle por ejemplo, debemos tener un cargador y cargarlo con munición cuando se vacía. Es evidente no? Pues no tanto… si hacemos una recarga rápida, nuestro cargador caerá al suelo y si no lo recogemos perderemos un cargador, lo que nos deja vendidos mientras abrimos inventario, cambiamos el cargador, usamos la recarga manual y recién disparamos. Todo esto en pleno acoso con varios enemigos a nuestro alrededor logra aumentar la tensión, así que vigilar y no pierdan cargadores.
No todos los enemigos caen a la primera, y será habitual que gastemos mas balas de las que nos gustaría, si se nos acaban tenemos acción cuerpo a cuerpo, pero para ejecutarla con éxito hay que ser muy preciso… por lo que correr y huir es en muchas ocasiones la mejor opción. También tenemos situaciones que nos obligan a buscar cobijo antes que nuestra mascara ya no nos permita respirar en condiciones, elevando también la dificultad.
La jugabilidad funciona hasta la altura de lo esperado, teniendo en cuenta que es un juego con poco presupuesto, por su parte la narrativa también es interesante y a pesar de que está repleta de tópicos atrapa. Se nos detallan mucho sobre los hechos gracias a las secuencias, voces en off y en los documentos que encontramos.
También merece una mención el apartado sonoro, que se disfruta mucho más si jugamos con auriculares. Los sonidos de los no muertos, su avance que se nota en el audio, sus ataques, los disparos, las conexiones de radio o las alucinaciones son sonidos efectivos y bien trabajados.
Entro ahora a indicar los aspectos mas flojos, el primero su apartado grafico… que es demasiado sencillo en ocasiones, con escenarios que podrían haber dado mucho mas de sí y representaciones faciales poco realistas, e incluso algo sencillas en personajes de relleno o no controlables. Solo destacan la representación de los protagonistas y algunos enemigos, especialmente los jefes y además hay uso de bruma y radiactividad que reduce el cambio de visión.
El segundo aspecto criticable es su duración, ya que es un juego que podemos acabarnos en unas 5 horas y aunque podemos rejugarlo para encontrar lo que nos hemos dejado por el camino, no invita a rejugarse varias veces.
Daymare 1998 es un juego interesante, hecho con pocos recursos basándose en una ip en concreto. Añade ligeras novedades y tiene identidad propia que logran diferenciarlo bien de su propósito original y de su fuente de inspiración. Esto ha sido todo por éste artículo, espero que les haya gustado leerlo como a mi escribirlo. Nos vemos en otro artículo